La red de carreteras como la de trenes ha evolucionado en los últimos veinte años de forma considerable. En 1837, se creó la primera línea de trenes entre La Habana y Bejual en la actual república de Cuba (entonces parte de España). A las ocho de la mañana del 15 de noviembre de 1837, la reina regente Isabel II y su séquito, sale con el primer tren que recorrió los 28 Km que separan La Habana de Bejucal.
Tres años más tarde, se crearía la primera línea española entre Barcelona y Mataró. Estas líneas se usaban básicamente para transportar mercancias.
Un siglo después, en Enero de 1941 fue aprobada la "Ley de Bases de Ordenación Ferroviaria y de los Transportes por Carretera" por la que se produjo la nacionalización de todas las compañías de ferrocarril que tenían anchos de vía de 1,668 metros, los que son conocidos como ferrocarriles de vía ancha.
Cincuenta años más tarde, en abril de 1992 se inauguraba la primera línea de alta velocidad en España, la línea Madrid-Sevilla, que genera millones de beneficios para el país.
La red de ferrocarril ha sufrido cambios mucho más significativos durante este periodo, gracias a las nuevas líneas de alta velocidad que han permitido a las ciudades con estación de AVE mejorar su accesibilidad al resto del país de una forma considerable. Estas mejoras se han centrado fundamentalmente en los corredores (Madrid-Sevilla en 1990-2000 y en el norte y noreste en 2000-2007).
Con la llegada del AVE, el incremento de pasajeros ha aumentado un 21,2% en 2013. Al contabilizar también la larga distancia, los ingresos del pasado año alcanzaron los 1.152 millones, lo que supone un incremento del 2,5%.
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